Trabajar en plastilina ha sido un juego, un hobby, un hábito, un modo de vida, una pasión, una necesidad, una forma de comunicación, una manera de conectarme con el mundo exterior, una forma de hablar con Dios y de imitarlo en un gesto humilde y multiplicador… todo al mismo tiempo.
Creo que muchos de los que hemos dedicado nuestra vida al trabajo en plastilina, tenemos cosas en común, en especial los que empezamos décadas antes de la aparición de Internet. Todos éramos los únicos!
Apenas a los 12 años supe de alguien más que trabajaba en plastilina, pero nunca lo conocí en persona. Era mayor que yo y vivía en Caracas. Aun lo recuerdo, lo entrevistaron en el programa Giro’s con Maite Delgado; al muchacho le faltaba uno de sus dedos, lo cual me pareció impresionante y al mismo tiempo apasionante.
Solo a mis 18 años supe de alguien más que hacía figuras en mi Ciudad, pero él lo veía como un Hobby, de hecho pronto abandonaría su pasión por presiones familiares.
Seguí siendo el “único”… y como único, no encontré cabida en ningún lado… los escultores miraban por debajo del hombro a la plastilina (al menos TODOS los que conocí) y me decían con una palmada en la espalda que iba bien, que cuando cambiara a un material mas “serio” sería un gran escultor.
En esos primeros 10 años de trabajar desde mis 4 años hasta los 14 había experimentado tanto! Y no conseguí una sola razón para dejar de lado la plastilina, así que cuando las opiniones de los que “sabían” esperaban a que dejara el material, mi convicción sobre lo que hacía era férrea, clara y apasionada.
Como muchos de los “únicos” aprendí solo, “inventé” TODA la técnica, desarrollé formas de superar los mayores problemas de la plastilina y experimenté de forma casi obsesiva mientras disfrutaba de hacer TODOS los personajes de caricaturas que existían, sin discriminar! Porque todo lo que pudiera sacar de la tele y volverlo en 3 dimensiones era una excusa perfecta para continuar. No me ahorré ningún esfuerzo por intentar cosas nuevas, sumar materiales a la plastilina y jugar con todo lo que pudiera sumar algún atractivo adicional al experimento general de ese mundo.
Antes de conocer a algún escultor, descubrí por mis medios la importancia de las estructuras y así se iniciaron nuevas etapas de crecimiento. Fui un absoluto “pionero” porque era “el único”… en verdad no tenía referentes, ni maestros, ni nadie que me diera alguna idea porque no había a quien preguntarle nada. Por ensayo y error descubrí mil cosas y probé tres mil más y desde luego no todas funcionaron! Pero de las caídas siempre salió algo que también sumaba al proceso.
Fui el “único” hasta que luego de mis 22 años empezaron a llegar voces que me hablaban de otros que también se tomaban esto tan en serio. Fui el “único en mi país” hasta que descubrí que mi país y el mundo estaba lleno de otros niños “únicos” que al igual que yo, solos, aislados, metidos en sus propios mundos, le habían dedicado muchísimo tiempo y habían sacado adelante técnicas que no aprendieron de nadie porque no tenían de quien aprenderlas, que recibieron halagos pero también muchas críticas por el material y que les tocó descubrir solos igual que a mi.
Es así que muchos de los que éramos niños hace 30 años, en realidad fuimos autodidactas y en paralelo sin saber unos de otros, sin conocernos ni imaginarlo, nos estábamos tomando MUY en serio el poder creativo de nuestras manos y la nobleza de un material bastante subestimado. Solo el tiempo nos hizo comprender que los “únicos” éramos una tropa que simplemente aun no se conocía, que debía generar su propia técnica y su propio lenguaje y que solo la convicción y la constancia convertiría en grupos algunas "soledades", que hoy en día tiene la oportunidad de reunirse para ser “únicos” pero de forma colectiva!.
Esta es parte de las historias que probablemente solo encuentras en el mundo de las plastilinas.
2 comentarios:
aPor fortuna has hecho lo necesario para posicionarte como un artista admirable.
Todo mi respeto Roger.
Por fortuna has hecho lo necesario para posicionarte como un artista admirable.
Todo mi respeto y amistad desde México.
Un gran abrazo Roger.
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